miércoles, 26 de diciembre de 2018

DISCURSO CENA DE NAVIDAD 2018

DISCURSO CENA NAVIDAD 2018

EL LOBO BUENO 

Buenas noches, ¿Cómo están?  Viéndonos desde fuera pienso que estamos bien. Los ánimos están altos. Esta noche tenemos buenos motivos y eso es bueno. 😄

Bufff... ¡Vaya desafío! Creo que esto supera a la venta adicional y el O.I.V. 😂

Para los que hoy nos acompañan tan bien y con los que no hemos coincidido en anteriores cenas de Navidad, les comento que esto responde a una iniciativa personal, alentada por la petición de algunos. Es ya algo que amenaza con convertirse en una tradición.

Voy a contarles una historia. La de un anciano chéroqui que le estaba enseñando a su nieto sobre la vida. “Hay una lucha dentro de mí”, le dijo al niño.

Es una lucha terrible y es entre dos lobos. Uno es malo: es el enojo, la envidia, el pesar, el remordimiento, la avaricia, la arrogancia, la autocompasión, la culpa, el resentimiento, la inferioridad, las mentiras, el falso orgullo, la superioridad y el ego”.

Siguió diciendo: “El otro es bueno: es el gozo, la paz, el amor, la esperanza, la serenidad, la humildad, la bondad, la benevolencia, la empatía, la generosidad, la verdad, la compasión y la fe. Esa misma lucha se libra dentro de ti y dentro de toda persona”.

El nieto pensó por un minuto y luego le preguntó: “Abuelo, ¿cuál de los dos lobos ganará?”.

El anciano chéroqui simplemente respondió: “El que tú alimentes”.

Uno de los más sabios romanos de antaño,  dijo: “La ira, si no se controla, es frecuentemente más destructiva que el agravio que la provoca"

Entre el actual Estado Judío de Israel, y el Estado Palestino, impera la "Ley del Talion", es decir, el "ojo por ojo, diente por diente"

Gandhi, el líder político y pensador indio, dejó una frase para la posteridad: "Ojo por ojo todo el mundo acabará ciego" 

Y sin embargo, es curioso también cómo se consigue la independencia de la India (casi ...India, no es solo un país, es también un subcontinente). Bien, pues el bueno de Gandhi consigue la independencia de La India, del Imperio Británico, con la resistencia pacífica, la NO VIOLENCIA.

Cuando alguien nos hace daño puede dejar una cicatriz emocional que arde con un calor intenso, pidiendo ser apagada causando otra herida en el corazón del agresor.

En ese intento fallido de equilibrar la balanza, por muchos ajustes que se realicen, siempre quedará desequilibrada. La persona herida se sentirá en inferioridad y por debajo de quien ha causado el daño, por ello intentará herir al otro para volver a recuperar su posición inicial de equilibrio o alcanzar la superioridad.

Ante un conflicto entre dos o más personas hay varias alternativas: huir, atacar o solucionarlo.  En el caso de la venganza, la alternativa elegida es la de atacar. Si ambas partes deciden utilizar ese mismo camino , habrá una escalada de conflicto que irá incrementándose hasta que una de las partes decida que en esa lucha ya se ha perdido demasiado.

Los sentimientos de venganza desaparecen, pero la herida que causemos motivados por este sentimiento puede ser profunda o permanente.

Nos sentimos especialmente libres cuando hacemos el bien sin necesidad de corresponder a una acción equivalente de nuestro prójimo, cuando entendemos el bien no como la forma de devolver un favor previo, sino que actuamos haciendo el bien por el bien, desinteresadamente. Al reflexionar en esta forma de bondad no puedo evitar pensar en el amor de una madre. 

¿Cuánto bien podemos hacer?... No lo sabemos... Pero si sé que nuestra capacidad de hacer el bien es ilimitada pues aun sin saber en qué forma, a menudo el corazón nos mueve sin ser conscientes a hacer cosas increíbles por los demás. Puedo ver y siento cada día ese don en vosotros.

Guiémonos de esas impresiones, de esos pálpitos que todos recibimos, incluso en momentos inesperados cuando estamos inmersos en nuestros pensamientos o actividades diarias y actuemos cuanto antes. Aún no es tarde para ayudar a quien lo necesita, pedir perdón o recuperar la confianza de quien fue un buen amigo. Y sobre todo, perdonemos a esa persona que nos resulta tan difícil de perdonar, que muchas veces somos nosotros mismos. Pongamos la atención en las virtudes de cada uno, que son muchas y no atendamos tanto a las debilidades. 

Hay muchas cosas en las que hallo satisfacción... Se me ocurren algunas: Sentir el viento en el rostro en una fresca mañana de primavera, leer un libro, apurando sus últimas páginas y viviendo, a través de su historia, en otro lugar y en otro tiempo...contemplar el amanecer o una puesta de sol, admirar un hermoso paisaje, reír y cantar a pleno pulmón, montar en bicicleta, ver un partido de mi amado equipo... Escuchar la risa de un bebé, celebrar vuestros éxitos personales y familiares, dar un paseo con mi mujer, acariciar a mis animales, tomar un desayuno con un ser querido, pasar momentos entrañables con la familia o cenar con mis compañeros y amigos esta noche...

Es mi deseo que completemos todas nuestras satisfacciones con una alegría más duradera, la que proviene de una conciencia libre de pesares, de la felicidad de amar y sentirse amado.

Aspiro y trabajo para alcanzar, algún día les explicaré cómo, aquello que un hombre santo enseñó: "En mi corazón sólo abrigo buena voluntad para con la humanidad. No tengo rencor en mi corazón hacia ningún ser humano. Conozco a algunos que quisiera que se portaran mejor, pero ése problema es suyo, no mío. Si puedo poner mi brazo sobre sus hombros y ayudarlos a regresar al camino de la felicidad, eso incrementará mi felicidad… No se puede obligar a las personas a hacer lo correcto, pero con el amor podemos motivarlos a hacerlo, si es que nuestro ejemplo es tal que logran ver que somos sinceros."

Un padre escribió unos versos sobre la bondad y el cariño de su hijo con parálisis cerebral, tan hermosos como bienintencionados:

Las manos de mi hijo 
no empuñarán banderas 
ni fusiles, ni moldearán el barro, 
ni escribirán sonetos. 
Pero las manos de mi hijo nunca harán daño. Sus manos, sus dedos largos, 
son torpes cuando agarran, 
pero acarician tanto, 
te buscan y te cercan con tanto ahínco,
que ese cerco es un canto. 

Gracias, de corazón.